Big five: Cinco rasgos que nos definen.

Según el estudio Goldberg, los cinco rasgos que mejor definen la personalidad humana (Big Five) son:

1. El grado de amabilidad que permite una mayor aceptación de nuestra vulnerabilidad frente a la rigidez y autoexigencia del perfeccionista.
2. El grado de apertura a la experiencia frente a la pedantería y cerrazón del prepotente.
3. La capacidad de asumir responsabilidades en lugar de buscar excusas y culpables escudándonos en el otro (proyección) el relativismo (“siperonismo”) o la procrastinación.
4. El grado de neurótica ansiedad (lo “sufridores” que seamos) que nos lleva a la constante cavilación, ser “adictos al Insight” y tomarnos la vida “demasiado en serio”
5. El grado de excéntrica sociabilidad que define a los hiperactivos “pollos sin cabeza”

Si jugamos al test personal puntuando cada capítulo sobre diez mi guarismo identificativo sería: 68986 ¿Y el tuyo?

¿Sigues la senda del agradecimiento que conduce a la amabilidad, la aceptación y la autenticidad?

¿Practicas con asiduidad la escucha empática, la pregunta aclaradora y los silencios comprensivos?

¿Te haces verdaderamente responsable de tus actos? ¿Tienes claro que haces tú para merecer lo que repetidamente te sucede? ¿Eres una persona confiable, que cumple con sus compromisos?

¿Vives siempre anclado en tu mente sin dar suficiente espacio a la emoción? ¿Te das regularmente permiso para sentir y expresar lo que sientes y necesitas?

¿Andas siempre corriendo de un lado para otro sin dejar de “instrumentalizarlo” todo? ¿Te importa mucho el qué dirán?

Creo que sería muy bueno que nos hiciéramos estas preguntas más a menudo, porque si hay algo que haya aprendido en esta vida es que prestar atención es la antesala para ponerle conciencia a un error o un área de mejora. Y sólo la conciencia nos permitirá además ver qué hacemos con esa energía emocional que nos mueve a repetir malos hábitos, tomar una decisión de cambio y pasar a la acción correctiva.

Y es que, sólo nosotros podemos mejorar nuestra autoestima y equilibrar nuestra autoexigencia para acotar la ansiedad.

Está en nuestras manos, no lo perdamos de vista.

Foto de Nadine Shaabana en Unsplash