Skip links

Centrados en el aquí y ahora.

Una de las grandes virtudes de la Gestalt es que no se anda por las ramas y que te invita a aterrizarlo todo en el aquí y ahora. Resulta curioso para el principiante observar cómo el presente resume y alerta sobre los grandes hitos/traumas de nuestra vida con tamaña precisión.

Basta con un pequeño ejercicio de centramiento para dejar aflorar lo que surge, lo que nos nace, y que se instituye como pista y señal de por dónde investigar. Es por ello que hoy me complace compartir con vosotros un pequeño ejercicio que os puede ayudar a tomar conciencia de vuestro estado presente. Fácil. Pruébalo.

Siéntate cómodamente en el suelo (o en una silla con las piernas separadas y los pies bien asentados) espalda recta, ojos cerrados, silencio e inmovilidad absoluta.

  1. Déjate sentir la respiración. Déjate sentir el cuerpo. Mira si hay alguna parte que sientes como más activa, o más adormecida, más inquieta o con algo de dolor. La atención va por detrás de la sensación. Escucha tu cuerpo y deja que el narrador interior describa la sensación sin juzgar ni interpretar, como si fuese un mero notario de lo que allí sucede. Permanece ahí durante un par de minutos.
  2. Date cuenta de cual es, aquí y ahora, tu tono vital. ¿Tienes prisa? ¿Estás ansioso? ¿Hay alguna tensión? ¿Distensión? ¿Tienes ganas de acabar? ¿De averiguar de qué va esto? ¿Te presiona encontrarle un sentido? ¿Un resultado? Obsérvate pacientemente “desde fuera”.
  3. Date permiso para visualizar, para imaginar tu propia imagen proyectada en una gran pantalla. ¿Que ves? ¿Estás sol@? ¿Quién está a tu lado? ¿Qué es lo que se mueve? ¿Qué pasa? No pienses. Sólo visualiza la imagen como si se tratase de una peli. Ahora, déjate sorprender. Déjate sorprender por algo nuevo que entra en escena. ¿Qué cambia? ¿Qué está pasando? Registra con precisión los detalles de la escena. No hay prisa.
  1. Date un espacio. No abras los ojos inmediatamente. Tómate tu tiempo No corras. Inspira luz blanca en un espacio de tranquilidad. Exhala el humo negro del ruido y la inquietud. Toma conciencia de lo que necesitas. ¿Qué necesita tu cuerpo? ¿Qué necesita tu corazón? ¿Qué necesita tu mente? Deja caer estas preguntas y concédete un largo silencio a continuación para que la respuesta nazca desde lo más profundo.
  2. Suelta. Suelta la tristeza y deja caer tus mejillas. Suelta la rabia. Deja caer la mandíbula. Suelta el miedo. Deja caer tus hombros. Suelta. Suéltalo todo. Déjate caer en el presente. Déjate descansar en él.

Y cuando lo creas oportuno, respira en profundidad y vas abriendo los ojos.

¿Qué tal? ¿Cómo estás? ¿Qué me cuentas?

Si has descubierto algo que no tenías presente, dímelo, por aquí mismo, o por privado (info@texistencial.com) Puede que ahí tengas el reto de tu vida. Pueda que nosotros podamos ayudarte.

Photo by processingly on Unsplash

¿Quieres hacer un comentario?