Entrena tu felicidad.
Entrenar es cambiar. Acomodarse es perder.
Como decía Alicia en ese país tan maravilloso como el nuestro, cuando todo cambia a la velocidad del viento si no corremos más que él, este nos arrastrará.
Los grupos de terapia, los colectivos de meditación, o incluso los encuentros entre buenos amigos son excelentes laboratorios de prueba para renunciar a creencias obsoletas, abandonar prejuicios y cambiar comportamientos.
Y esa práctica es importante porque al final, resulta que somos lo que entrenamos. En ese sentido es fundamental el ejercitarnos en:
- La comunicación, especialmente con la gente que piensa diferente a nosotros.
- El pensamiento crítico estimulado por la reflexión, la lectura y la escritura que nos lleva a cuestionárnoslo todo antes de aceptar nada
- La toma de decisiones, sabiendo que decidir es escoger, y escoger es renunciar.
Y ese entreno conlleva pues:
- Honestidad/Humildad => Capacidad de reconocernos en nuestra dificultad, sin perder por ello autoestima y asertividad en la expresión de nuestras necesidades y voluntades.
- Responsabilidad/Compromiso => Capacidad para establecer límites, demostrar tener criterio, y definir con convicción nuestro foco atencional y emocional.
- Serenidad/Determinación => Capacidad para mantener el rumbo. Recordemos que la serenidad marca la diferencia entre reaccionar y responder, y la visceralidad nos juega muy malas pasadas.
- Agilidad/Flexibilidad => Capacidad de descartar lo que aprendimos y ya no funciona, y reaprender nuevos hábitos. La valentía está reñida con la comodidad. Se trata de transformar creencias heredadas en convicciones propias.
- Solidaridad/Espíritu de equipo. => Capacidad de liderar nuestra vida sin críticas ni proselitismos, sabiendo que cada uno debe lidiar con su dificultad. El sentido de pertenencia dentro de la diferencia resulta fundamental para reforzar vínculos y poder asumir grandes retos.
Y todo ello nos lleva a saber que, para ser felices, hay que contar con tres pilares bien apoyados en tierra firme:
- Saber lo que queremos. Propósito & Sentido.
- Saber expresar lo que necesitamos. Autoexigencia & Comunicación.
- Saber valorar lo que tenemos. Autoestima & Motivación.
Todo muy sencillo, si no lo complicamos, si no lo dejamos todo en un plano meramente teórico sin entrenar con ese sparring tan duro que es la realidad cotidiana. Porque, como dice Mike Tyson, “Todo el mundo tiene un plan hasta que se lleva mi primer puñetazo.”
Foto de Kenny Eliason en Unsplash
¿No hay una cierta obsesión por tener que ser felices?
Y ¿qué es la felicidad? Quizás habría que empezar por definir los conceptos para saber de qué hablamos
Después de escribir esto he pensado en preguntar a quien me encuentre en qué consiste para ellos
Seguiremos hablando
Mmm… muy relevante reflexión.
En mi opinión sí hay una notable obsesión por hablar de felicidad sin profundizar en el tema.
Y… como tú muy bien indicas, Mero coincido en que deberíamos empezar por definir qué es la felicidad para cada uno de nosotros qué nos nutre, qué nos da vida.
Por mi parte le felicidad es disfrutar del presente. Sin más.
Porque disfrutar del presente es agradecer tu pasado (que te ha llevado hasta aquí) y no temer al futuro (que se sabe tan incierto como intrascendente)
Muy buen post Manuel y quizá empezaría por saber valorar lo que tenemos, como buena plataforma de arranque para nuestros propósitos.
Si, agradecer es un muy buen principio, porque quien agradece es amable, y quien es amable es incluso amable consigo mismo, hasta el punto que le es más fácil aceptar como es, y con ello ser más auténtico, más de verdad.
Qué gran inicio ser agradecido!!!