Ganarse al público
Ganarse al público lo es casi todo en el camino del éxito. Vayan pues por delante tres consejos de los grandes oradores en cuanto a cómo hacer del público nuestro aliado.
Trabajar una presentación sin tener en mente a qué público va dirigida es como escribir una carta de amor y enviarla a quién pudiere interesar.
El público siempre es el juez de cualquier presentación o debate. Y en ese sentido hay tres etapas clave para una mejor alianza:
Conocer >> Captar >> Conectar
Conocer a fondo nuestro público objetivo significa poder moldear el lenguaje y emplear un “idioma” compartido (hablando de hechos, cifras y citas relevantes para esa gente) lo que facilita la asunción del mensaje. Plantéate ¿Qué referentes son buenos para este público?
Poder decir “No tenéis por qué hacerme caso a mí, ved lo que dijo… al respecto.” nos garantiza una credibilidad claramente por encima del “Yo creo…” “Os puedo asegurar…”
Por otro lado, captar su atención es clave. La distracción y la desconexión son gran tentación, ergo dispara con algo sorprendente. Evita el tópico. Frases provocadoras, preguntas inquietantes o historias y anécdotas que enganchen, son recursos a tener muy en cuenta, porque invitan a que el público imagine, visualice… y haga suyos tus argumentos.
Y en fin, conectar. Sin conexión no hay atención. Aquí la clave es también secuencial:
Ver >> Familiarizar >> Intimar.
Ver. Establece contacto visual. Ser visto es de lo mejor que nos puede pasar. Sé generoso en ese aspecto. Mira a tu público, atiende ópticamente y de manera sucesiva a la gente que te escucha y les involucrarás en tu historia. Empieza por quienes te parezcan “más devotos”, pero no dudes en encarar amablemente a quienes parecen en principio más críticos. Recuerda que tu misión es “hacerlos tuyos.”
Familiarizar. Elogiar de manera persuasiva a todos los que están ahí dedicándote su tiempo y atención, es importante. Evita los “¡Viva Cartagena!” de “peloteo” más evidente. Documéntate, busca referentes locales que hagan creíble tus ansias de proximidad.
Intimar. Y si quieres ya rizar el rizo, personaliza con algún detalle autobiográfico tu exposición para que resulte evidente que tú eres como ellos, que no has venido a “dar lecciones” sino a compartir emociones.
Prueba con todo esto. A mi me ha funcionado, entonces por qué no habría de funcionarte a ti.
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