Uno de lo puntos críticos al abordar valientemente una conversación delicada es el cómo trabajar contexto de seguridad para no caer en el desastre.
Muchas veces trivializamos esa labor con apreciaciones simplistas del tipo “empieza por lo bonito”, “sonríe y sé amable”, “arranca con algún cumplido” … y eso redunda en que sea peor el “pretendido remedio que la enfermedad.” Tratar al interlocutor de iluso es una falta grave.
Por todo ello me he decidido a sintetizar un pequeño Check List de aspectos a tener muy en cuenta si queremos construir un buen contexto de seguridad que nos permita ser asertivos al máximo nivel. (Como es obvio, a mayor enjundia del tema a tratar, mayor importancia en esmerar el cuidado de esta lista)
- Pensar en detalle cual es la supuesta predisposición (columna izquierda en términos de CNV) de mi interlocutor es básico.
- Encontrar un momento oportuno sin otros temas (ruidos) que contaminen la conversación es importante.
- Como también lo es preparar el ánimo para poder hablar desde nuestra más profunda honestidad, para “hablar de corazón”, y no para “ver si cuela”. Tempo, tono y comunicación no verbal van a resultar fundamentales.
- En ese sentido, no esconder la vulnerabilidad nos permite luego hablar con mayor asertividad. Se trata de evidenciar nuestras dificultades y/o pedir disculpas por nuestros errores, demostrando a su vez que estamos abiertos a cualquier sugerencia de mejora.
- Clave es también el centrarnos en la persona con la que realmente quiero confrontar y que, consecuentemente, puede facilitar la resolución del conflicto, sin “marear la perdiz” con otros personajes adyacentes (simplemente para “tranquilizarme momentáneamente” y autoconvencerme de que “tengo toda la razón y mi rabia está más que justificada”)
- Y todo ello, sin olvidar lo esencial: Escuchar empáticamente y sin interrumpir, de manera abierta, prestando especial atención tanto a los posibles puntos en común como a los puntos ciegos que (para mi) no eran evidentes.
- Conectar con el “idioma emocional” del interlocutor (segmentación Target DISC?) para que “le llegue, lo que yo quiero que le llegue.”
- No arrancar con una crítica o queja retahíla de “trapitos sucios”. Recordar que todo ataque invita a la defensa. Todo rotundo “Yo sí sé. Tú no sabes.” es motivo de resistencia.
- Diferenciar claramente lo que valoro y NO discuto, ni quiero confrontar, de lo que SÍ es para mí motivo de conversación. Aclarar los potenciales malentendidos por contraste: “No quiero decir…” “Sí quisiera comentarte que…” evitando las generalizaciones explícitas o implícitas.
- Tener presente en todo momento que el objetivo del encuentro apunta a un futuro mejor para ambos. Pensando en el objetivo final-final, se suavizan muchas de las discrepancias. El secreto es empezar hablando de lo que nos une y avanzar por lo que nos puede unir más aún.
Y… como siempre PRACTICAR, PRACTICAR Y PRACTICAR para ir saneando vínculos, tomando uno, dos, o máxime tres puntos de los anteriores como especial objetivo de aprendizaje, porque no se trata de apuntar a la perfección, sino al progreso (sin dejarnos abrumar por un exceso de impecables “exquisiteces”)
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