La trilogía del saber vivir.
¿Qué es para ti saber vivir? Para mí es sacarle el máximo partido a la temporada que pasamos por aquí. Y para ello he ido madurando las tres palabras mágicas que me ayudan a hacerlo: Calma, Sensibilidad y Presencia.
Sin calma sin dar descanso al pensamiento infatigable de nuestro día a día no nos queda energía, no hay espacio para la resiliencia, la aceptación y el generoso agradecimiento a la vida. Sin ella todo son juicios, palabras, preocupaciones, resistencias, ambiciones y disociaciones. La vida es pura cháchara y frenesí.
Hay que parar y dar espacio al silencio no instrumentalizado, a lo incontrolado e incontrolable, para descubrir la magia de la naturaleza humana dejando emerger la reconfortante compasión que nos une y que está siempre subyacente a todo.
Pero junto a la calma debe estar la sensibilidad, el saber degustar lo positivo que hay en sentirse vivo, en la emoción, sea esta del tipo que sea: rabia, miedo, tristeza o alegría. La sensibilidad que no el resentimiento ni la sobreexcitación que nos lleva a la agresividad, el bloqueo o el drama relleno de vano sufrimiento añadido.
El reconocer que la insensibilidad es lo opuesto a la vida nos abre la puerta a la expresión, la conexión y la aceptación del otro y lo otro. Y ese es un descubrimiento extraordinario puesto que funde el Karma heredado e inercial con el Dharma del saber estar y avanzar, el Samadhi de la quietud con el Satori de la acción, el Nirvana de lo eterno con el Samsara de lo cambiante y cotidiano.
Y todo ello sin prisas, en presencia, disfrutando del proceso, porque las urgencias lo malogran todo. No hay prisa por alcanzar la trascendencia, porque la trascendencia también está en la inmanencia de este preciso instante único y eterno.
Saber vivir es para mi saber estar, saber estar con lo que fluye, con lo que emerge, con lo que me nace en este preciso momento.
En fin, no sé si he sabido expresarme o si el discurso resulta demasiado conceptual o filosófico, pero en cualquier caso te invito a similar reflexión:
¿Cuáles son tus tres palabras clave del saber vivir?
Si no te escapas con la trivial ironía ni el sarcasmo, seguro que encontrarás en esta pregunta un buen motivo de reflexión y, quién sabe si también de consecuente reacción.
Foto de Shumilov Ludmila en Unsplash
¡Buenos días Manuel!
Qué expresivo me parece este saludo después de haber leído tu comentario, porque desear al otro un buen día no es más que desearle que disfrute de la creación, que se maraville en ella, que goce de ella.
Muchos de lo conceptos que exponen se me escapan, no sé bien qué significado les das, pero intuyo que no tienen ninguno para mí: “el Karma heredado e inercial con el Dharma del saber estar y avanzar, el Samadhi de la quietud con el Satori de la acción, el Nirvana de lo eterno con el Samsara de lo cambiante y cotidiano” y ello conectándolo con una frase posterior: “… la trascendencia también está en la inmanencia de este preciso instante único y eterno”, de lo que disiento del todo, son conceptos opuestos, siendo que la inmanencia es el ser dentro de sí mismo, su fin dentro de sí mismo, lo inherente, lo inseparable del ser. mientras la trascedencia está más allá del ser, lo inmanente no se puede separar del ser y lo trascendente es lo que queda fuera del ser.
No sabría decir tres palabras que signifiquen el saber vivir, no me gusta eso de dar un número de palabras o frases para expresar una idea…soy más de los exámenes de rollo que los de tipo test (jejeje), y ¿saber vivir?…sin contestar a la pregunta en sus términos, pienso que la alegría de sabernos hijos de Dios, queridos, escuchados y nunca solos, es un gran anclaje para gozar de la vida
Feliz semana Manolito
Mmm… Me gusta leerte, Meri. Ahora mismo me atece más saborear tus ideas que debatir concepto alguno.
Feliz semana Mery Poppins 😉