Para qué perder el tiempo.

Nada más instrumentalizado que nuestro tiempo ¿Qué haces? ¿Por qué lo haces? ¿Para qué lo haces? ¿De qué te sirve? ¿A dónde te lleva eso? ¿Qué sacas con ello? Constantemente nos invaden preguntas de este tipo (démonos cuenta de cuantas variantes hay) y ese “Pepito grillo” nos come una ENORME energía.

Frente a ello, está el no hacer nada (aunque sea sólo por un ratillo) el dedicarnos a observar, a contemplar sin juzgar, sin un porqué ni un paraqué, lo que popularmente se entiende como perder el tiempo, vaya.

Eso no es nada nuevo. Lo nuevo es no parar ni un segundo, sino al contrario, abordar la multitarea cuantas más veces y de forma más intensa mejor. Eso nos hará más modernos, más actualizados y puestos al día. Si no, está la GRAN amenaza de “perder el tren”, de quedar obsoleto, apartado del “mainstream” que no para ni que lo maten.

Pero bueno, por un momento volvamos a “lo antiguo”, a las tradiciones contemplativas, porque, mira por dónde, escuchando a Javier García Campayo redescubrimos que, “aún sin quererlo”, también sirven para algo (y parece que no es poco)

Dice este buen hombre, que está científicamente demostrado que las tradiciones contemplativas (meditación por supuesto incluida) resultan muy útiles para…

…acallar la cháchara de diálogo interno y disponer de mejores silencios, con una consecuente mejora de nuestra capacidad de concentración.

…facilitar el perdón, y con ello despreciar la inútil culpa en favor de la mucho más eficiente responsabilidad propia.

…apaciguar el apego y mejorar el vínculo interpersonal, atrayendo sin brusquedades gente más abierta, y repeliendo a los más rígidos y reincidentes en su neurosis.

…potenciar la creatividad, la intuición y la serendipia, con una mucho menor recurrencia al Circuito de Control Consciente en favor de la Red Neuronal por defecto. (= descubrir “nuevos caminos”)

…mejorar la aceptación del sufrimiento como oportunidad de crecimiento.

…abordar la trascendencia y el sentido de la vida desde una posición más tranquila y realista.

Mmm… “pas mal” que dirían los franceses.

Creo que voy a invertir mi próxima media hora en perder el tiempo. Todo indica que es una gran inversión de futuro.

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