Siempre he pensado que si al acompañar a nuestros impacientes en la resolución de sus conflictos interpersonales seguimos un guion orientativo sobre cómo desarrollar un primer abordaje, por qué no compartir esas preguntas, esas reflexiones, por si uno mismo ya es capaz de avanzar sin ayuda externa. Pues bien, ahí van. Aquí expongo una pequeña batería de preguntas, ordenadas en seis capítulos para que las apliques a lo que ahora mismo más te incomoda en alguna de tus relaciones actuales.
- ¿Cuál es el tema que te inquieta, te deprime o te preocupa? No corras, reflexiona sobre si el tema te provoca principalmente nerviosismo inquietante, decaimiento desmoralizante, o cavilación constante. Puede que ese sea tu patrón habitual de abordaje y consecuentemente un buen indicador de alarma cuando surja.
- ¿Cómo te sientes frente a ello? ¿Te conecta con alguna experiencia del pasado? ¿Qué tienen en común esa experiencia y la actual? Es probable que ahí halles grandes sorpresas si lo meditas con calma.
- ¿Hasta qué punto te sientes responsable de todo ello? Puede que hasta la fecha no hayas hecho más que culpar y acusar al otro, al mundo o a las circunstancias, pero si deseas avanzar y no recaer en este tipo de conflicto que te aqueja, el primer paso va a ser asumir tu propia responsabilidad en lo que te sucede. Insisto, puede que no sea obvio, pero si persistes verás que algo haces tú para merecer lo que se te repite.
- EMOCIÓN. ¿De qué te has dado cuenta? ¿Qué te está pasando? Déjate sentir lo que surja. Nuevamente no corras. Dale espacio a la emoción. La frecuencia emocional es más lenta que la racional. Respira. No te dejes invadir por los pensamientos. Entra en vivencia. Ríe, llora, grita, deja que surja lo que tiene que emerger. Date tu tiempo. ¿Qué necesitas? ¿Esa emoción que ahora has experimentado podría ser para ti motor de cambio?
- ACCIÓN. ¿Qué vas a hacer? ¿Cuál va a ser tu primer paso? Vigila que se dé un buen equilibrio entre empatía y asertividad (Ver post de la semana que viene) ¿Hay en tu intención una honesta voluntad de resolución del verdadero conflicto? Y cuando pienses en resolución, piensa en limpiar vínculo, en sanear relación, en hacer las paces más que en conseguir ni demostrar nada. La prueba de que va a ser así la tienes en tu respuesta a la pregunta ¿Me sentiré igualmente bien si el otro no acepta mis disculpas ni atiende mi necesidad de cambiar patrón y pasar página?
- REACCIÓN. ¿Qué crees que va a pasar? ¿Cómo te sientes frente a esas expectativas? ¿Qué va a quedar posiblemente inconcluso a pesar de todo? Date cuenta de que vale la pena dar ese paso. Si lo has planteado bien, lo peor que puede pasar es que tu interlocutor permanezca enrocado, pero nunca que te arrepientas de haberlo intentado.
Como dicen los anglosajones “I hope that helps:” Espero que te sea de ayuda, y si no te basta, ya sabes, no dejes de llamarnos. La primera consulta es gratis. 😉
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