Si meditar no sirve para nada… ¿Qué sentido tiene meditar?
Ya vimos en el anterior post (leer) que no es fácil querer meditar, y no es fácil porque de entrada no debemos instrumentalizar la meditación para nada. No meditamos para… conseguir algo, meditamos porque queremos. Sin tener clara esta premisa, todo se va al traste. Pero…
Si meditamos por amor, la cosa cambia, con la práctica, la meditación se convierte en un ejercicio de “psicoanálisis autoadministrado”, las emociones (positivas y negativas) emergen con mayor transparencia, y entonces, uno puede gestionarlas con mayor acierto. O como mínimo con mayor conciencia.
Cuando esto ocurre (no antes de uno o dos meses de práctica) empezamos a vislumbrar que la meditación nos va a permitir observar cómo construimos nuestro propio destino, nuestro propio guión de vida, y de ahí a cambiarlo sólo hay un paso.
Hace ya años que Daniel Gilbert, profesor de psicología en Harvard especializado en pronósticos afectivos, demostró que en pocos meses todos volvemos a nuestro umbral de felicidad. En su investigación, observó que en tres meses tanto el grupo que había sido agraciado con una buenísima noticia, como el que había tenido que afrontar un mal diagnóstico de por vida, volvían en un 80% al “nivel de felicidad” que se auto atribuían antes de todo ello. Es decir, que “la cabra tira al monte”, y si no lo remediamos, todos chocamos y chocamos con nuestro techo de felicidad. ¡Un techo que está “por encima de las circunstancias”!
¿Quieres romper ese guión? ¿Quieres acabar con esa limitación? La meditación te lleva. Limpiar tus emociones, tus expresiones y tus relaciones es un método infalible. Es gratis. Y tiene más de 2500 años de garantía.
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Foto Eli DeFaria on Unsplash
La meditación es básicamente tomar conciencia y tomar conciencia no siempre es agradable. Hay aspectos en nosotros mismos y en nuestro exterior, que vistos con toda su crudeza no gusta, pero esa toma de conciencia nos hace más sabios, más fuertes y más seguros.
Gracias Josep por tu comentario.
Estoy de acuerdo contigo en que la meditación es consciencia, una mayor consciencia del presente que arrastra tanto como actualiza nuestro Ser, y como tu bien dices eso no siempre es agradable, pero sí siempre recomendable.
Para mi la meditación fue para mí una herramienta que me ayudó a entender como funciona la mente.
Claro José Manuel. Eso es, la mente no es lo que crees.