Skip links

Tag: Polaridades

¿Quién te ha dado (o quitado) vela en este entierro?

No hay duda de que la autoestima es la base de nuestra felicidad. El 70% de los impacientes que acuden a terapia lo hacen porque tienen “problemas de autoestima.” Antes de entrar en remedios o tratamiento, una primera pregunta sería ¿Con la autoestima se nace

El punto de la i.

Dado que no nos cansamos de repetir que la felicidad no hay que buscarla en el resultado sino en el proceso, parece que el secreto deberá estar entonces en aprender a capear los contratiempos transformando la triste resignación en gozosa aceptación. Siguiendo el guion del

El lobo y el cordero.

Es consabido que patología llama patología. Una mente neurótica se siente a priori más acompañada por otra mente neurótica que no por un personaje equilibrado. Lo cual, visto en positivo, hace que cuando uno se siente bien consigo mismo, cuando el “ruido” metal es atemperado,

¿Estás en guerra?

Confundir valores e ideales es un error de fatales consecuencias. El diccionario no se moja, apunta maneras, pero no se moja, define los ideales como aspiraciones o metas, y los valores como principios virtuosos. Pero a mi entender, con este bagaje uno se queda excesivamente

Pero tú… ¿En qué idioma me hablas?

Quién ha trabajado en RRHH sabe bien que hay muy distintas tipologías de carácter, y que cada una de ellas emplea un “idioma emocional” diferente para expresar la misma idea. De ahí que, si no prestamos atención, y/o si no estamos dispuestos a hacer un

¿Apoyo/Confrontación o Salvación/Agresión?

El pensamiento occidental parece programado para la dualidad, y la dualidad esconde casi siempre una discriminación moral de bueno o malo. Cuando nos referimos a la relación terapéutica (aunque me temo que sería aplicable a cualquier otro tipo de diálogo o relación) la polaridad apoyo

Mirada integradora. Vivencia sanadora.

Cuando vivimos en piloto automático está claro que predomina en nosotros una mirada proyectiva y de juicio que invita constantemente a la comparación, la queja y la crítica. Tres “aficiones” (o debería tal vez decir aflicciones) que alimentan otras tantas perturbaciones mentales como la ambición,