El proceso de la presencia.
Hace ya más de quince años que se publicó “El proceso de la presencia” de Michael Brown. En su momento se puso algo de moda y yo la verdad es que tardé en leerlo. Cuando lo hice ya estaba en la 9ª edición. Esta semana
Hace ya más de quince años que se publicó “El proceso de la presencia” de Michael Brown. En su momento se puso algo de moda y yo la verdad es que tardé en leerlo. Cuando lo hice ya estaba en la 9ª edición. Esta semana
El reto de hoy en día es integrar lo espiritual en lo cotidiano, o dicho de otra manera alcanzar una presencia espiritual, un estado, o mejor una dinámica, que evidencie el íntimo vínculo que hay entre intuición y compasión. Pero todo arranca de ver nuestra
Conectar, conectar con nuestro interlocutor lo es todo. Y entre conectar y persuadir sólo hay un paso. Pero… ¿Por qué fallamos aún cuando nos preparamos a conciencia un encuentro delicado? Los expertos nos dicen que esto se debe a que prestamos mucha atención a los
Por un lado, estoy con Mark Manson (autor del libro “El sutil arte de que casi todo te importe una m**rda”) en que se ha dado una trivialización excesiva del término trauma hasta llegar a asimilarlo a la más ínfima molestia. Pero por otro, también
Sorprendentemente, en la era de las redes sociales, reina la soledad. Rodeados de ruido, de likes y dislikes, de lo políticamente correcto y lo moralmente inaceptable, parece que uno va construyendo su muro de insensibilización hasta el punto de quedar tan solo como mal acompañado.
Ya vimos en el anterior post (leer) que no es fácil querer meditar, y no es fácil porque de entrada no debemos instrumentalizar la meditación para nada. No meditamos para… conseguir algo, meditamos porque queremos. Sin tener clara esta premisa, todo se va al traste.
Como dice el sabio Pablo d´Ors en su exitoso libro Biografía del silencio (Ed. Siruela) “meditar no es difícil, lo difícil es querer meditar”. Porque para querer meditar en serio es necesario dar respuesta a dos preguntas: ¿Qué es en verdad meditar? Y… ¿Qué sentido