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Todo es muy sencillo, si no lo complicamos

Siempre me he sentido atraído por el razonamiento minucioso y elaborado y reconozco que ello me ha llevado a grandes hallazgos y satisfacciones, pero también a neuróticas e innecesarias elucubraciones.

En cualquier caso, de vez en cuando me es tremendamente agradable volver a los principios, a lo básico, a lo más sencillo.

Hoy recupero unos escritos míos de hace tiempo en los que leo: Todo sufrimiento nace de nuestra mente, del enfado de nuestra mente, en concreto.

Cuando no se cumplen nuestras previsiones y surge un hecho desagradable inesperado, nos enfadamos y sufrimos por ello.

Cuando no se cumplen nuestras expectativas nos enfadamos y sufrimos por ello.

Cuando no se cumplen nuestras ambiciones o deseos más fervientes, nos enfadamos y sufrimos por ello.

Incluso, cuando sí se cumplen nuestros deseos, ambicionamos otros, hasta que estos no llegan a cumplirse, y… nos enfadamos, sufriendo por ello.

¿Ridículo verdad? Todo es muy sencillo, si no lo complicamos, pero, lo cierto es que lo complicamos, nos complicamos la vida.

Nuestras expectativas y previsiones, apegos y ambiciones, son los que alimentan el enfado, y el enfado es el único combustible del sufrimiento humano. Una mente apacible huye de todos ellos, sostiene la incertidumbre y acepta lo que surge, para poder disfrutar de la sorpresa y vivir el presente en toda su intensidad.

Una mente apacible es una mente muy activa, atenta a lo que surge y me nace para vivirlo sin interpretaciones, interferencias ni creencias que lo compliquen todo.

El sufrimiento viene invariablemente precedido del enfado, de nuestro enfado. En la mayoría de los casos esos “dramas”, esas “afrentas”, se podrían tolerar, pero nuestra urgencia por resolver no nos deja ver el verdadero calado sin magnificarlo.

Sin “dramas”, “épicas” ni “tragedias” (fruto de nuestra mente egoica) despertamos de forma natural a una mente apacible.

Cuando consciente o inconscientemente nos identificamos con nuestros pensamientos y emociones, alimentamos con urgencia nuestro sufrimiento.

Cuando meditamos y los percibimos como olas en el océano de nuestra mente los vivimos como verdaderas oportunidades de aprender a disfrutar, no negando, pero sí surfeando la realidad.

Foto de Chris Osmond en Unsplash

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  1. Me quedo con dos cosas: 1) Tomar decisiones es mucho más sencillo que analizar y valorar todas las posibilidades, porque cuanto más analizamos, más dudas tenemos. En cambio, si nos escuchamos, siempre sabemos de inmediato cuál es la decisión que nos conviene.
    2) La vida nunca se adapta a nuestros deseos, a nuestras expectativa. Y eso nos hace siempre encontrar motivos de enfado que nos impiden ver las muchas oportunidades de disfrute y de ser feliz que aparecen en nuestro camino. Estar abiert@ a lo que ocurra, sin pensar si es bueno o malo, nos permite vivir las cosas como en realidad son.
    Y ahora, ¿hago yo eso? En un mínimo porcentaje de mi vida. Pero me esfuerzo, me esfuerzo y cada vez lo consigo más. Lo hago lo mejor que puedo, y me satisface.
    Un placer leerte y que me hagas reflexionar Manuel.

    1. Gracias Gabriel. Este espacio es para eso, para reflexionar y entrenar juntos.
      Un placer escucharte.

  2. ¡Muchas gracias Manuel!¡ El poder de las creencias! Al leerte recordé lo importante de conocer nuestras creencias ya que son el filtro a través el cual configuramos e interpretamos las experiencias que la vida nos presenta, convirtiéndolas en emociones y sentimientos con las que navegamos en este espacio tan infinito llamado vida. ¡Abrazos!

    1. Gracias a tí Saida. Las creencias son tan inevitables. La clave, a mi entender es transformarlas en convicciones. Es decir, transformar creencias heredadas y limitantes en convicciones voluntariamente aceptadas y estimulantes. Un placer contar contigo ¿te has suscrito? Sólo tienes que entrar en el blog y dejar tu mail. Una vez por semana te invitaremos a leer el nuevo post. Sin compromiso y sin publicidades ni otros mensajes.

  3. El enfado es el único combustible que tenemos hasta que nos damos cuenta de que somos híbridos y que poco a poco podemos pasar a otro combustible, el AMOR, pero así , com mayúsculas, el amor con minúsculas no tiene suficiente octanaje y volvemos a consumir enfado. No es fácil, pero es muy bueno ser ECOAMOROSO

    1. Feliz matiz, Benet. Un placer contar contigo ¿te has suscrito? Sólo tienes que entrar en el blog y dejar tu mail. Una vez por semana te invitaremos a leer el nuevo post. Sin compromiso y sin publicidades ni otros mensajes. Me encantaría leer más comentarios tuyos. Gracias.

  4. Un placer leerte y PARAR (en mayúsculas, parar de verdad…) y reflexionar con tus palabras.Gracias Manuel!! Un abrazo desde una mente (hoy…) apacible ?

    1. Un placer contar contigo, Eva ¿te has suscrito? Sólo tienes que entrar en el blog y dejar tu mail. Una vez por semana te invitaremos a leer el nuevo post. Sin compromiso y sin publicidades ni otros mensajes. Me encantaría leer más comentarios tuyos. Gracias.

  5. Simplificar la vida, que complicado ponerse manos a la obra!

    1. Eso es. Estoy convencido de que simplificar es de sabios. Y… sabiduría es sensibilidad!!
      Gracias Lali. Un placer contar contigo. ¿te has suscrito? Sólo tienes que entrar en el blog y dejar tu mail. Una vez por semana te invitaremos a leer el nuevo post. Sin compromiso y sin publicidades ni otros mensajes. Me encantaría leer más comentarios tuyos. Gracias.