Skip links

Foco

¿Cuál es el foco de tu vida? ¿Atiendes prioritariamente a lo que te nutre, a lo que te enriquece, a lo que te aporta más conocimiento, a lo que te distrae? ¿Qué es lo que te da vidilla? ¿Cuánto tiempo le dedicas a ello? Recuerda que dónde está tu atención está tu vida. No vendas el poder de liderar tu vida a cualquier precio.

No me cansaré de repetir que prestar atención es poner en valor y poner en valor es crear una realidad. Y es que la atención otorga poder a lo atendido. De ahí que digamos a la ligera “Todo tiene la importancia que queremos darle.” como si cualquier cosa.

Para. Préstale atención. Presta más atención a aquello que estás prestando atención ¿Vale la pena? ¿Tiene sentido? ¿Es coherente con los valores que te has marcado como norte?

No te dejes llevar por ideales, ideologías ni falsas creencias, audita cuales son en realidad tus valores y actualiza tu conducta para ganar coherencia frente a ellos,

El principio de realidad, la mirada fenomenológica, es prueba del algodón. ¿A qué dedico mi tiempo? ¿Es eso coherente con lo que quiero?

Confundir ideales con valores es cosa de niños. No te engañes a ti mismo. Si no inviertes (tiempo y energía) en algo, es que no es realmente para ti un valor. Será un ideal en tu cabeza, pero eso sólo sirve de estorbo.

Si focalizas tu atención en la perfección ideal despistas, desperdicias un precioso tiempo y energía en algo que no te lleva a ninguna parte. Prueba, aprende, avanza hacia lo que quieres con tanta convicción como puedas. Capitaliza constantemente autoestima, recicla tu capacidad de frustración. Lo importante es el camino, y para hacer camino el foco es esencial

Foco en lo que está en tus manos, foco en lo que afecta al aquí y ahora, foco en no perder tu foco en distracciones, en lo que no puedes cambiar, en la gente que no te atiende, en los que no están por la labor de enfocarse en ellos mismos anclados en la culpa, la queja y la crítica.

La atención, la consciencia es la clave del éxito. No lo dudes, el liderazgo de tu vida está en tus manos. Sólo tienes que despreocuparte de cambiar al otro. Solo tienes que dejar de culpar al otro o a ti mismo. Basta con responsabilizarte de aclarar cuáles son tus valores, de recuperar la convicción en ti mismo, de expresar lo que necesitas y respetar lo que necesita el otro. Basta con ver mi dificultad y la del que está mi lado como algo que nos une más que nos separa.

Porque juntos podemos cruzar el charco, pero para eso hay que mojarse. No sé dónde llegaremos, si será la India o las Indias, pero sí sé que el viaje vale la pena. Porque tengo claro que lo que seguro no la vale es el hecho de adormecernos en un baño de sales.

Foto de Lena Taranenko en Unsplash

Leave a comment

  1. Muy bien dicho.

    Nuestro poder sobre lo cómo actúen o hagan los demás es nulo, sólo podemos modificar lo que dependa de nosotros (aunque luego eso pueda tener un efecto en los otros, o no)

    Me cuesta, lo intento, luego me olvido…en particular en ser más amable, sonreír más, y cuando lo hago sí tiene un efecto sobre los otros, positivo que conste, y todavía mejor un muy buen efecto en mí.

    Bueno, me parece que llevo un cierto retraso en comentarte, y encima en este no entro en polémica…a ver si hay suerte con el próximo 😉

    1. No me lo puedo de creer que estemos de acuerdo.
      Dar lecciones no sirve de nada. Sólo apuntar nuestra percepción (lo más objetiva y fenomenológica posible) podrá tentar la suerte de que el otro vea algo de novedosa verdad en ello.
      Gracias por seguir ahí.