Preparar, abrir y cerrar
Preparar, abrir y cerrar como el cirujano al operar. Esa es la mecánica básica para abordar esas conversaciones difíciles que todos tenemos pendientes.
A continuación, te ofrezco pues síntesis extrema para que puedas practicar algunas reflexiones al decidirte a empezar a limpiar vínculo y sanear una relación que te importa, pero que anda tiempo contaminada.
Primero hay que preparar y prepararse. Si no nos preparamos argumentos e instrumentos el fracaso será de esperar.
Prepárate pues en 5 pasos:
- Conecta con la emoción y la razón. ¿Cómo me siento frente a esta situación? ¿Cómo me siento frente a esa persona? ¿Qué necesito en cuanto a información, datos… y qué me hace falta emocionalmente para poder estar en plenitud física y postural frente a ella?
- Detecta juicios y prejuicios. ¿Qué “película” me estoy contando sobre mi interlocutor? ¿Qué “personaje” me he creado de él o ella?
- Establece objetivos racionales y emocionales claros y concretos. ¿Qué me gustaría lograr? ¿Cómo me gustaría que saliéramos ambos después de este encuentro? ¿Cuál es el ánimo del dialogo? ¿Dónde quiero ir a parar? ¿Es eso también atractivo para mi interlocutor?
- Detecta tu escena temida. ¿Qué es lo que no quieres que ocurra? ¿Qué es lo peor que podría pasar? ¿Cómo puedes evitarlo en lo posible?
- Empatiza y suaviza. ¿Cómo puedes crear un buen contexto de seguridad? ¿Cómo crees que se siente la otra persona? ¿Qué crees que necesita más allá de lo evidente?
Pero… ¿y si el tema te llega de sopetón y no tienes tiempo para preparar? Obvio, si puedes, pospón el encuentro destacando la importancia que tiene el tema para ambos y tu particular interés en dedicarle un tiempo y espacio generosos.
Pero si no hay forma de retrasarlo, respira. Atiende y haz que el otro se sienta visto, escuchado, atendido en su discurso. Un buen “acuse de recibo” vale su peso en oro.
Como vimos en algún post anterior, sentirnos vistos en nuestra dificultad es el deseo más profundo de todo ser humano, entonces por qué ignorarlo. Tu tiempo y atención, tu escucha empática es la herramienta más potente para apaciguar el ánimo, capear la posible “curva de la hostilidad”, dejar bajar el “soufflé” emocional y poder recuperar más tarde un dialogo de adulto a adulto.
Lánzate a abrir los conflictos enquistados. Expresa lo que necesitas expresar. Lo peor es no intentarlo. El conflicto no abordado se acumula a otros y va emponzoñando la relación.
Más Podcasts en Spotify Terapia Existencial
Foto de National Cancer Institute en Unsplash