Skip links

Gestión del desánimo.

La diferencia entre nuestra mejor y nuestra peor versión es el ánimo. El buen ánimo es lo contrario a la amargura y la ansiedad.

La gestión del desánimo trata pues sobre cómo transformar problemas, preocupaciones y prisas en oportunidades, ocupaciones y ocio creativo.

Pero el ánimo hay que cuidarlo, y para ello es necesario centrarnos en lo que está en nuestras manos. La psicología positiva no distingue entre si tienes o no tienes razón, entre si es justo o injusto lo que te pasa, sino entre si está o no está en tus manos hacer algo para solucionarlo.

Y de ahí que nos apunta cinco pasos para crecer:

  1. Afronta los problemas. ¿Qué no te gusta en tu vida? y ¿Qué puedes hacer para cambiarlo? No te dejes vencer por la pereza, la queja y la crítica: decide, actúa.
  2. Contextualiza los problemas. ¿Por qué en verdad estoy de mal humor, desanimado y enfadado? Ponle conciencia y verás que el enfado siempre acaba siendo con uno mismo. ¿Te da rabia no ser capaz de vencer el miedo al cambio? ¿Te da miedo reparar en lo triste que se ha vuelto tu vida? Transitar le rabia, el miedo y la tristeza es el mejor indicativo de que andamos tras la alegría.
  3. Acepta lo inevitable y céntrate en el pensamiento útil aquí y ahora. Idealizaciones y fantasías inalcanzables son el peor enemigo del mejor ánimo. Nada llama más al éxito que el éxito. Márcate metas volantes, pequeños objetivos a corto plazo, experimenta distintas soluciones, diviértete por el camino sin darle demasiadas vueltas al destino.
  4. Agradece y cuida lo que tienes, porque lo que no se valora se pierde. Pregúntate ¿Qué hay de fantástico en mi vida? O por lo menos ¿Qué es lo que me nutre las ganas de vivir? ¿Qué me da vidilla? Cuidar significa agradecer, dedicarle tiempo a lo que te gusta, a lo que quieres y liquidar los tiempos basura que no hacen más que ocultar el desánimo bajo la alfombra o tras la pantalla.
  5. Céntrate en lo prioritario para ti (y que no tiene porqué ser lo prioritario para mí, ni para tus padres, pareja, amigos…)

Stephen Covey decía: “Lo más importante en la vida es que lo más importante para ti sea lo más importante en tu vida.”

Anímate a cambiar lo que quieras cambiar y a valorar lo que tengas que valorar. Así de simple, así de fácil. Y si dudas, apuesta por la generosidad, esta nunca falla. Saca a relucir tu calidad humana y verás como tu ánimo crece en paralelo al del otro, y es que somos lo que transmitimos.

No olvides que la gente te va a recordar más por tu manera de ser que por tu manera de pensar.

Foto de James Qualtrough  en Unsplash

Leave a comment