Fin de año es momento de buenos propósitos, o mejor dicho de quimeras. Fantaseamos un futuro lleno de exitosos resultados “sin reparar en gastos” (en los esfuerzos) porque, como dicen los arquitectos, el papel lo aguanta todo. Lo difícil es bajar al terreno y empezar a cavar cimientos, subir pared…
Pensamos que fantasear meramente en resultados es gratis, y no es así. Está demostrado que esos vanos propósitos (que nunca ven realidad) molestan, y mucho. Tener metas incumplidas no es malo, pero tener objetivos que nunca arrancan es fatal. Esas espadas de Damocles pendientes de nuestra cabeza son vías de agua para el cumplimiento de nuestros verdaderos propósitos. Son distracciones (que restan tracción) a nuestra convicción y confianza.
De ahí que mi propuesta para este nuevo año se atenga a las 4Ds:
Diálogo > Decisión > Descripción > Documentación
Dialoga contigo mismo para aclarar si verdaderamente estas dispuest@ a trabajar en ello. Plantéate seriamente ¿Quieres lo que dices que quieres?
Decídete. Recuerda que nuestras decisiones son más determinantes de nuestras habilidades. Toda decisión ya es un logro. Una vez te hayas comprometido, ten presente que la duda corroe y consume (tiempo y energía) inútilmente. La duda y las “tolerancias” son el mejor aliado de la mediocridad.
Por “tolerancias” me refiero precisamente a esas “falsas decisiones” que toma nuestro “Pepito Grillo” para luego poder repetirnos constantemente al oído: “Lo ves, no tienes fuerza de voluntad. Mejor sigue viviendo en piloto automático y deja de esperar hacer algo distinto”
Decídete a decidir la vida que quieres. Haz tuyo el dicho “Si pudiera vivir mi vida de nuevo, cometería los mismos errores, solo que más pronto.” y educa tu mirada para enfocar en las oportunidades, y no en las calamidades. Quien mide demasiado no sale del perímetro de su zona de confort. El error es hermano del éxito. Ya decía Michael Jordan “Para aprender a triunfar hay que aprender a fracasar” “Llevo a mis espaldas más de nueve mil lanzamientos fallados, más de 300 partidos perdidos, en 26 ocasiones he fallado el último lanzamiento decisivo… pero gracias a ello, sí gracias a ello, he contribuido a ganar seis anillos de la NBA.”
Describe en detalle lo que quieres. Piensa en especial cuál va a ser el primer paso y así sucesivamente. Siempre de lo inmediato a lo mediato. Reafírmate en cada paso. Si vas a simultanear objetivos de salud, emoción y razón estate atento a su conjugación, sinergias y prioridades.
Y finalmente, exígete a ti mismo “documentación probatoria” sobre cómo está discurriendo el proceso. Marca cuales van a ser los KPIs, los indicadores, de que la cosa funciona, o no funciona.
En resumen, sigue tu estrella, tu vocación, con convicción, y atiende la máxima zen secuestrada por Nike del “Just do it!”
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