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Jugar con fuego

Uno de los juegos psicológicos más conocidos es el que hace referencia a Salvadores, Perseguidores y Víctimas. Se trata de roles complementarios de secuencia alternativa, pero en todos ellos existe la misma toxicidad

En su versión más incipiente o suave descubrimos cierta tendencia a dar consejos (Salvar) apuntar correcciones (Perseguir) o solicitar consuelos (Victimizarnos) pero en su persistencia hay claros apuntes sadomasoquistas. Eso es jugar con fuego.

De hecho, los “Salvadores” esconden un mal aprendizaje en la gestión del miedo, los “Perseguidores” una mala gestión de la rabia, y las “Víctimas” un escaso valor para atajar la tristeza.

Pero la clave está en cómo salir del juego, cómo escapar a ese triángulo de fuego en el que cuando no me quemo por aquí lo hago por allí.

Pues bien, en mi opinión los Salvadores deben aprender a ocuparse más de sí, y despreocuparse del prójimo, los Perseguidores dejar de ver la vida como un Western de guion paranoico, y los Victimistas contrariamente reclamar un mayor protagonismo para empezar a liderar su propia vida.

Eric Berne y luego también Claude Steiner en “Los guiones que vivimos” detallan muchos otros juegos psicológicos que nos complican la vida. Y en general basta con estar atentos a esos roles neuróticos que sin querer hemos asumido y que nos llevan a repetir y repetir tropiezos con las mismas piedras.

Valgan a título de ejemplo los casos de “Caperucita roja” o el “Pata de palo”. En el primer juego ilustrándose cómo a veces nos empeñamos en construir todo un guion de catástrofes a nuestro paso culpando sólo a los lobos de tanto mal. Y en el segundo, atendiendo a cómo otras veces nos escudamos en algún hándicap real pero puntual para matar todas y cada una de nuestras opciones de mejora.

Asumir la responsabilidad de hacernos algo más felices implica un entreno para traducir dificultad en oportunidad al cambiar toda acción teórica futurible e idealizada por una actividad más práctica, presente y valiosa. Y es que la vida no es obligación sino vocación.

Nadie dijo que fuese fácil, pero el premio es gordo: salirse del juego, escapar a la “adicción”, significa repeler de manera “natural” a otros tóxicos jugadores y atraer en paralelo a la gente sana que busca vínculos limpios de polvo y paja. Está claro que vale la pena.

Foto de Patrick Hendry en Unsplash

 

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  1. Voy a reiterar lo que dije hace pocas semanas, esto de calificar a personas como tóxicas me provoca rechazo, más cuando parece que todos conocen a personas tóxicas de las que quieren apartarse. Si eso fuera así ¿quién es el tóxico si todos tienen a tóxicos a su alrededor? No sé Mike, no me convence…y es que, no sé si es por suerte, o porque no estoy atenta o no tengo esta perspicacia, no me he encontrado nunca con una persona tóxica, lo que no quiere decir que todos me caigan bien, al contrario, los hay que no me gustan, algunos que me disgustan y otros por los que no siento ninguna simpatía, pero nunca he pensado en términos de toxicidad, y repensándolo tampoco lo veo así ahora. Siempre sé qué me provoca el rechazo hacia esas personas y no es por su relación conmigo, aunque el disgusto que me causan lo haya conocido en su relación conmigo.

    Aunque, ahora que pienso, ¡que no sea que yo soy LA tóxica de la que habla todo el mundo!… jajajaja.

    1. En cualquier caso el sentido del humor es el mejor antídoto a la toxicidad, propia y ajena. Jajajj
      Gracias por tu comentario, Meri.
      Ah! Y cuando dices Mike ¿Te refieres a mi? Jajajaj Hay correctores que sin duda a veces resultan tóxicos.

      1. jejeje….sí Mike eras tú, sin corrector alguno (que ya sé que no eres Miguel, sino Manolito, pero me ha gustado renombrarte, apa allí lo dejo)

        au revoir

    2. Las personas tóxicas son personas cuyo comportamiento genera un sentimiento negativo o una emoción desagradable en los demás. Puede que a priori parezcan personas positivas, pero en realidad su forma de ser y de interactuar con los demás genera malestar en aquellos que las rodean debido a su poder de manipulación. Por lo tanto, si alguien no te aporta nada en tu vida y critica todo lo que te rodea e intenta aislarte de los demás, esa es la definición.

      1. Eso es Jose. Una relación tóxica merece una reacción atenta puesto que sino te involucra en un juego psicológico y pasas a ser cómplice de la situación